I due odori più buoni e più santi son quelli del pane caldo e della terra bagnata dalla pioggia.
(Ardengo Soffici)

Questo è un pane davvero straordinario, lo so, lo dico di ogni pane che preparo, ma per me l’Arte della panificazione, si, Arte in maiuscolo, è sempre stato un mistero al quale approdare in punta di piedi. Ho dei ricordi bellissimi della mia infanzia legati al pane, e per me, il profumo del pane non ha eguali, è sempre una magia che da semplici ingredienti come l’acqua e la farina, un po’ di zucchero e sale, con del lievito o senza, venga fuori una cosa tanto buona, diversa da paese a paese, da nazione a nazione, da un continente all’altro. Là dove vado la prima cosa che voglio assaggiare è il pane, mi piacciono le sue forme, sempre diverse, le sue storie, perché il pane ha molto da raccontare… è vecchio quanto il mondo, il pane è legato alle religioni, legato ai popoli, legato nel bene e nel male, ahimè, anche alla storia, purtroppo legato anche alla fame e alle guerre, legato alle feste, legato a tutti i giorni delle nostre vite…. E visto che per me, il pane deve essere allegria, pensateci, sono sicura che ognuno di voi ha una storia, un ricordo, un profumo, un momento legato al pane, lieve, lieve come la farina, e ora….

Al trapo cocineros!!!

Ingredienti

500 gr di farina Manitoba
380 ml di acqua a temperatura ambiente
2 gr di lievito di birra secco (in polvere)
1 cucchiaino di sale
1 cucchiaino di zucchero
100 gr di olive denocciolate ( nel caso lo vogliate preparare con le olive )
Vi servirà una pentola con coperchio che possa andare in forno

Preparazione

Prima di tutto una precisazione, è un pane senza impasto, dopo capirete cosa intendo…..

Semplice, semplice, in una ciotola capiente versate la farina, il lievito di birra secco, il sale e lo zucchero, mescolate bene con un cucchiaio, se intendete farlo alle olive versateci anche quelle e mescolate ancora, ma le olive sempre per ultime.

Ora versate tutti i 380 ml di acqua e mescolate rapidamente con una forchetta, fate in modo che assorba tutta la farina, non vi preoccupate se verrà una massa informe, è cosi che deve essere.

Coprite la ciotola con della pellicola per alimenti ben sigillata e lasciate lì per 16/18 ore!!!! Si avete letto bene 16/18 ore e anche se non pare, io lo trovo comodissimo, passato questo tempo vedrete che si saranno formate delle bollicine e la massa sarà lievitata, non tantissimo, (è ovvio che se voglio il pane per domani preparo l’impasto il giorno prima, mi spiego meglio, se voglio cuocere il mio pane alle 8 del mattino mi preparo l’impasto alle 17 del pomeriggio prima).

Come dicevo passato il tempo, preparatevi un canovaccio con della farina, prendete l’impasto (vi consiglio di infarinarvi anche le mani per poterlo lavorare meglio) e versatelo sul canovaccio, schiacciate leggermente formando un quadrato o un rettangolo (dipenderà dalla pentola) e tirate i lembi prima verso l’esterno e poi al centro, prima da una parte poi dall’altra e poi dai lati, girate il panetto con i lembi a pancia in giù e piegando il canovaccio lasciatelo riposare per una mezz’oretta.

Intanto preriscaldate il forno a massima temperatura, intorno ai 250 gradi (il mio forno) forno statico, con la pentola con coperchio ancora vuota dentro al forno, che si riscaldi anche lei.

Raggiunta la temperatura con molta attenzione e munite di guantoni togliete la pentola dal forno, scoperchiatela e avendo cura di non bruciarvi, adagiate il pane questa volta con le pieghe a pancia in su, ricollocate il coperchio e subito in forno.

Deve cuocere a 250 gradi con il coperchio per 30 minuti dopo di che togliete il coperchio, sempre con molta cura, e lasciate cuocere senza coperchio per altri 10 minuti abbassando la temperatura del forno a 200 gradi, il vostro pane è pronto!!!

Lasciatelo raffreddare su una gratella e non vi spaventate….. ma il pane parla!!!!

Que aproveche cocineros!!!

P.s. è un pane profumatissimo, con una crosta croccante e una bella mollica con i buchi, sembra un pane cotto a legna per effetto della pentola con coperchio

Los dos olores más buenos y más santos son los del pan caliente y el de la tierra mojada por la lluvia
(Ardengo Soffici)

Este es un pan de verdad extraordinario, lo sé, lo digo de cada pan que preparo, pero para mí el Arte de la panificación, si, Arte con mayúsculas, ha sido siempre un misterio al que llegar en punta de pies, de mi infancia tengo recuerdos maravillosos atados al pan, y para mí, el perfume del pan no tiene igual, es siempre una magia que de simples ingredientes como el agua y la harina un poquito de azúcar y sal con levadura o sin ella, salte fuera una cosa tan buena, diferente de pueblo a pueblo, de país a país, de un continente a otro, allí donde voy lo primero que quiero probar es el pan, me gustan sus formas, siempre diferentes, sus historias, porque el pan tiene mucho que contar… y es viejo cuanto el mundo, el pan está atado a las religiones, atado a los pueblos, atado en el bien y en el mal, a la historia, por desgracia también atado a las guerras y al hambre, atado a las fiestas, atado todos los días a nuestras vidas… y visto que para mí, el pan tiene que ser alegría, pensar, estoy segura que cada uno de vosotros tiene una historia un recuerdo un perfume un momento atado al pan, leve, leve como la harina, y ahora….

Al trapo cocineros!!!

Ingredientes

500 gr de harina de fuerza
380 ml de agua a temperatura ambiente
2 gr de levadura de cerveza seca (en polvo)
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar
100 gr de aceitunas sin hueso (en el caso lo queráis preparar con aceitunas)
Os servirá una fuente o cazuela con tapadera que pueda ir en el horno

Preparación

En primer lugar, una apreciación, es un pan sin amasado, después entenderéis lo que quiero decir…

Simple, simple, en un recipiente espacioso verter la harina la levadura en polvo la sal y el azúcar, mezclar bien con una cuchara, si vuestra intención es hacerlo con aceitunas, verterlas también y volver a mezclar, pero las aceitunas siempre por ultimas

Ahora verter todos los 380 ml de agua y mezclar rápidamente con un tenedor, haced de forma que absorba toda la harina, no os preocupéis si el resultado final será una masa irregular, es así que tiene que quedar

Cubrir el recipiente con plástico film para alimentos bien sigilado y dejadlo ahí unas 16/18 horas!!!
Si, habéis leído bien 16/18 horas y aunque si no lo parece yo lo encuentro comodísimo, pasado este tiempo veréis que la masa no a levado mucho y se han formado unas burbujas (es obvio que, si quiero el pan para mañana, preparo la masa el día antes, me explico mejor, si quiero cocer el pan a las 8 de la mañana preparare la masa a las 17 de la tarde del día antes)

Como decía pasado el tiempo, extender sobre la encimera un paño de cocina y espolvorearlo de harina, coged la masa, os aconsejo enharinaos las manos también para poder manejarla mejor y volcarla sobre el paño, aplastar ligeramente la masa formando un cuadrado o un rectángulo (dependerá de vuestra cazuela) y tirar las orillas primero hacia fuera y después haciendo un doblete hacia el centro de la masa, primero los dos lados más largos y después los lados cortos, darle la vuelta a la masa con los dobles hacia bajo, cubrir con las esquinas del paño y dejarlo reposar 30 minutos

Este tiempo os servirá para precalentar el horno a 250 grados, horno sin aire, con la cazuela y su tapadera dentro, este pasaje es importante la cazuela se tiene que calentar como el horno

Alcanzada la temperatura, con mucha atención y con los guantes puestos… los del horno, sacad la cazuela destaparla siempre con mucho cuidado de no quemaros y acomodar el pan en la cazuela esta vez con los pliegues hacia arriba tapar otra vez con su tapadera y corriendo al horno otra vez

Debe cocer a 250 grados con tapadera por 30 minutos, pasado este tiempo y siempre con “cuidadin” quitar la tapadera y cocer por 10 minutos más bajando la temperatura a 200 grados, vuestro pan está listo!!!

Dejadlo enfriar sobre una rejilla y no os asustéis…. pero el pan habla!!!!

Que aproveche cocineros!!!

P.s. es un pan perfumadísimo con una corteza crujiente, y una miga llenita de agujeros, parece un pan cocido en un horno de leña y esto por el efecto de la cazuela con tapadera.